Senderos mágicos de Álava - arabaturismo
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Os proponemos tres rutas para descubrir otras tantas maravillas naturales de Álava: el cañón de Delika, el desfiladero del río Purón y el lago Caicedo Yuso. ¿Te animas?
Álava es diversa en paisajes y colores: verdes y profundos valles, montañas escarpadas y roquedos, bosques interminables, playas de interior, campos de cereales, mar de viñedos… Caminar es la mejor forma de conocer todos sus rincones y secretos, empaparse de su cultura y costumbres y, por qué no, de cargarse de razones para disfrutar sin remordimientos de sus afamados vinos y gastronomía.
Os proponemos tres recorridos para descubrir algunos de los paisajes más emblemáticos y espectaculares de Álava: la nueva senda que se adentra en el cañón de Delika, horadado sin prisa pero sin pausa desde hace siglos por el río Nervión; el imponente desfiladero del río Purón en el Parque Natural de Valderejo; y un paseo histórico y natural que conecta las eras del Valle Salado y el lago Caicedo Yuso.
Para afrontar la Senda Verde de Delika debemos acercarnos hasta la pequeña localidad del mismo nombre perteneciente al municipio de Amurrio. El viaje desde Vitoria-Gasteiz o Bilbao ofrece ya auténticas postales marcadas por el intenso verde de los valles de la zona y los grandes desniveles que dibuja en el horizonte la Sierra Salvada, y anticipa lo que el viajero se va a encontrar unos minutos después.
Este recorrido, de fácil acceso y perfectamente señalizado, está indicado para todos los públicos, ya que presenta una distancia de algo menos de 5 kilómetros y un desnivel muy suave que acumula apenas 115 metros. Hablamos así de un plan ideal para disfrutar de una mañana o tarde en familia y con niños y, de hecho, más de la mitad de la ruta --3,2 kilómetros-- puede realizarse cómodamente en bicicleta.
La ruta arranca en Delika y remonta poco a poco el curso fluvial del río Nervión con los espectaculares paredones de la Sierra Salvada como telón de fondo.
Los cinco kilómetros dan para mucho y bueno: prados, bosques autóctonos, roquedos, cascadas, saltos de agua… Dos hitos indispensables en el recorrido en los que detenerse, al menos unos minutos, son el mirador que permite al visitante contemplar varias cascadas en cadena y la zona de descanso y esparcimiento habilitada para el disfrute del caminante junto al puente de piedra de Zalborondo.
El caminante podrá disfrutar además a lo largo del recorrido varios espacios naturales de la Red Natura 2000.
Del norte al sur
Nos vamos del norte al sur de Álava. Nuestra segunda propuesta nos lleva al pueblo de Salinas de Añana y su incomparable Valle Salado. Indispensable conocer, antes o después de realizar la ruta, este espacio natural y cultural formado por cientos de eras o huertos de sal que dan forma a uno de los conjuntos arquitectónicos, paisajísticos, arqueológicos, geológicos e históricos más singulares del mundo.
Con este escenario tan especial como punto de partida, y con la novedad de la pasarela de madera de más de veinte metros de longitud sobre el río Muera inaugurada recientemente para conectar de forma más cómoda el Valle Salado con la senda, iniciamos esta interesante ruta que nos conducirá entre campos de cereales al lago natural más importante de Euskadi: el lago Caicedo-Yuso o Arreo.
Este recorrido tiene una longitud de cerca de 9 kilómetros y un desnivel acumulado de menos de 200 metros, y brinda la oportunidad de conocer varios edificios históricos y religiosos de interés como la iglesia de Santa María de Villacones (punto de partida de la ruta en Salinas de Añana), el Monasterio de San Juan de Acre, el Palacio de los Ozpinas (reconvertido hoy en hotel rural) y el Palacio de los Herrán.
El lago Caicedo-Yuso, incluido como humedal de interés internacional en el convenio Ramsar e integrante de la Red Natura 2000, es punto obligado de parada, descanso y contemplación antes de regresar a nuestro punto de partida. Este humedal natural y permanente, de unas 13 hectáreas de superficie, destaca por su profundidad y su gran biodiversidad, con presencia habitual de aves acuáticas y migratorias. No te olvides de los prismáticos.
Terminamos nuestro recorrido por algunas de las maravillas naturales de Álava --imposible incluir todas en un solo reportaje-- sin abandonar el sur de la provincia. Nos situamos ahora en el Parque Natural de Valderejo, uno de los cinco espacios protegidos con esta calificación en Álava, para disfrutar de uno de los caminos más impresionantes del norte de España: el desfiladero del río Purón.
Valderejo, pequeño valle situado en el extremo más occidental de Álava, fue declarado Parque Natural en 1992. Es el más pequeño de los parques alaveses, pero es grande en valor ecológico y belleza al proteger en su interior una gran diversidad de ecosistemas y paisajes extraordinarios caracterizados por abruptos escarpes rocosos.
El agua ha labrado la roca de este espacio natural durante miles de años dando lugar a joyas como el desfiladero y la cascada del Purón, mientras que en las zonas más altas pastos, enebros, gayubas y brezos cubren las planicies kársticas. Una valiosas fauna vive en sus bosques, destacando el esquivo gato montés o el peculiar piquituerto.
Elegimos el pequeño pueblo de Lalastra como punto de partida de nuestra ruta de algo más de 5 kilómetros y 478 metros de desnivel (ida). Lalastra es un museo etnográfico al aire libre con su potro de herrar, el lavadero, la bolera, el horno de pan y el molino, y el reloj de sol de la iglesia que ofrece al visitante, además, la Casa del Parque donde obtener información acerca de Valderejo.
Dispone además un área recreativa y un observatorio de aves.
La senda arranca frente a la Casa del Parque entre setos, pinares y antiguos muros y empieza a descender lentamente entre aulagas y enebros. En un cruce de caminos, sale a la izquierda la conexión con la senda Portilla, pero nosotros continuamos la derecha por el pinar hasta encontrar el arroyo Polledo que cruza el camino.
Se atraviesa una primera puerta de madera, las encinas sustituyen al pinar y al fondo del profundo barranco ya se siente el río Purón que pronto discurre paralelo al camino bordeado de inmensas hayas.
La iglesia del pueblo en ruinas de Ribera aparece sobre el roquedo. Ya en el pueblo, donde existe un área recreativa y una fuente, se cruza el puente y tras atravesar un gran campa y varias puertas más se desciende entre pinos, quejigos, aguas cristalinas y cascadas hacia el estrecho desfiladero de unos 500 metros de longitud que comunica Valderejo con el valle burgalés de Tobalina.
Al poco de salir del desfiladero, se halla un cruce señalizado que enlaza con la senda Santa Ana. Si se sigue el camino de frente, se puede llegar a la localidad burgalesa de Herrán.
Más planes para disfrutar de Álava en www.alavaturismo.eus
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